Una cifra de negocio de 9.500 millones de euros en 2018 para atender la
demanda al alza de atención personalizada es uno de los alicientes para
emprender.
Según Expansión, los negocios que triunfan son aquéllos que atienden una necesidad que, además, es sostenible en el tiempo. Si tienes una buena idea que cubra alguna de las oportunidades del sector de ayuda y asistencia a domicilio, el recorrido a largo plazo parece asegurado. Un nuevo patrón familiar en el que ambos progenitores trabajan y la prolongación de la esperanza de vida nos lleva a una sociedad que cada vez más necesita de profesionales expertos que presten este tipo de servicios.
Según un informe de la Asociación Española de Servicios a la Persona (AESP), en España se prevé una demanda importante de servicios a la familia
–guardería, ayuda escolar e informática a domicilio, cuidado de animales de compañía
– para la calidad de vida y la salud
–atención a personas mayores y dependientes–
– Servicios para el hogar –jardinería, reparaciones y mantenimiento.
AESP asegura que la puesta en marcha de un plan ambicioso sobre los servicios a las personas en estas tres categorías representaría una cifra de negocio de 7.900 millones de euros en 2013 y 9.500 millones de euros para 2018; lo que significaría un potencial de más de un millón de empleos creados en un periodo de cinco años.
Emprender
Estos datos hacen más que evidente la creación de empresas que cubran esas necesidades. Miquel Mora lleva más de veinte años emprendiendo. Cofundador de yaencontre.com, un portal de compraventa y alquiler de inmuebles que cuenta con más de dos millones de usuarios, en un momento de su vida tuvo que localizar a alguien que cuidara de su madre. “Me topé con muchas dificultades para dar con una persona que realmente encajara. Los cuidadores sociales te intentan ayudar pero, en algunos casos no llegan”. En poco tiempo, Mora se dio cuenta que había más personas que también se enfrentaban a ese contratiempo: “Necesitaban alguien afable, que tratara bien a sus seres queridos que necesitan
ayuda”.
Así nació Afables, una plataforma que pone en contacto a proveedores de servicios de asistencia a domicilio para mayores y personas dependientes. Desde su puesta en marcha hace un año, ha conseguido agrupar a 450 cuidadores –distribuidos entre Barcelona Madrid, Sevilla y Toledo– y 580 valoraciones. Un total de 169 familias han confiado en
la plataforma. Mora aclara que “Afables no selecciona profesionales, son los usuarios los que escogen aquella persona que, por sus características y las referencias de otros, cubren sus necesidades.
Ofrecemos las herramientas para que localicen el perfil más adecuado”. Para dar con estos candidatos, Afables acude a centros de formación privados, Cruz Roja o Cáritas. Estos emprendedores invirtieron 3.000 euros en la puesta en marcha de su negocio, a la que sumaron aportaciones personales y un préstamo Enisa. Y no descartan recurrir al capital riesgo para crecer en el mercado internacional y ampliar su oferta de servicios a domicilio.
La letra pequeña de la dependencia. La atención a domicilio de las personas dependientes es una de las actividades típicas de la economía sumergida.
No todas las familias pueden costear lo que supone un profesional en regla. Javier Benavente es fundador y presidente de Alares, que presta servicios asistenciales
a particulares y a empresas desde hace quince años. Asegura que “en el sector de los servicios a la persona está todo por desarrollar. El gran problema es que no existe
una oferta profesionalizada. Las personas que prestan servicios a personas dependientes tienen una formación escasa. El 90% se mueve en la economía sumergida, porque los demandantes de estos servicios no saben dónde localizar a estos profesionales, no existe un sector empresarial suficiente que los forme”.
Por otra parte, comenta que “el precio de este tipo de asistencia con la legislación actual es elevado. Es necesario incentivarlo. Los costes no pueden superar a los de la economía sumergida”. Asimismo, el presidente de Alares cree necesario un incentivo fiscal “que se
convierta en un gasto deducible. En la actualidad, si se incluyen los gastos de la seguridad social y el IVA, la asistencia a domicilio hace que sea un servicio sólo alcance de algunos bolsillos y tendría que ser accesible a todo el mundo”.
La Asociación Española de Servicios a la Persona (AESP) toma como referencia el modelo francés. La Ley Borloo –desarrollada en 2005 por Jean-Louis Borloo, entonces ministro de empleo, cohesión social y vivienda del Gobierno galo– contempla una serie de medidas, entre ellas la desgravación fiscal del 50% de gastos en servicios a la persona en el IRPF
hasta un máximo anual de 15.000 euros.
Fuente: www.expansion.com